
No se me ocurre un mejor entorno donde presentar El arte de la fuga. A un lado un bosque de libros, al otro el mar. Y entre ambos, gente maravillosa.
Fue un evento muy emotivo de viejos y nuevos encuentros y una gran oportunidad de hablar a fondo sobre la obra y, en especial, sus personajes: cómo surgieron, cómo evolucionaron y, sobre todo, cómo tomaron una entidad propia, apartándose con frecuencia fuera del camino que yo les tenía preparado.
Mi mayor agradecimiento a la Biblioteca de Xilxes por prestarme su Biblioplaya un ratito, a Patricia por ser una excelente maestra de ceremonias y a Álvaro por las fotos que acompañan este mensaje.